Pautas para ordenar, planificar y gestionar el desarrollo del territorio-ciudad
en el área metropolitana de Managua[1].
Msc. Napoleón G. Flores
Universidad Politécnica de Barcelona
Reseña.
El texto es una breve reflexión surgida de la mera
observación y recorrido a la ciudad de Managua. Para mejorarlo haría falta una
comprobación experimental de las ideas aquí recogidas, es decir cuantificar y
medir algunos de los aspectos enunciados. Pero tiene la intención de
problematizar sobre estas situaciones para encontrar pautas y recomendaciones
que apunte a la elaboración de un modelo inédito viable. Este reconocimiento visual recoge las
potencialidades de una ciudad que está en acelerado crecimiento, que tiene
muchos espacios de oportunidad y una gran riqueza paisajística.
Las observaciones realizadas ponen en tela de juicio
algunas nociones que parecen fosilizadas en el pensamiento urbanístico de los
últimos 60 años, propone superar estos paradigmas (dualismo campo-ciudad,
visión desarrollista, crecimiento ilimitado) para situarnos en una perspectiva
que quiere apoyarse en ideas como capacidad de carga del territorio,
racionalidad de las nuevas extensiones de la ciudad, clasificación del suelo y
límite de suelo urbano, preservación del patrimonio de los suelos de valor
natural, productivo y paisajístico. Pensamiento propio e identidad cultural a
través de la integración de la doble matriz cultura, precolombina y occidental.
Palabras claves: dualismo urbano-rural, integración,
matriz cultural, inmediatismo versus planificación, desarrollo sostenible de
Managua.
Territorio-ciudad.
Superación del dualismo urbano-rural
La ciudad es un conjunto de edificaciones y
calles dotadas de los servicios de abastecimiento y redes de evacuación, es
decir de las infraestructuras básicas para la vida –buena y sana- de una
comunidad que está gobernada por una Alcaldía[2].
Comunidad, que no siempre basa el sustento en las actividades agrícolas, según definición
del diccionario de la RAE.[3]
La ciudad comprendida como entidadurbana ha sido definida en oposición a
lo rural. Sin embargo, entre estos dos niveles contrapuestos existe una interdependencia innegable. El
territorio, en cambio es un concepto que comprende tanto el ámbito rural como
el urbano. Es explicado como el lugar concreto donde vive una comunidad que
mantiene vínculos de unidad generados por consanguinidad, parentesco o
intereses comunes[4]. El
territorio es la base-soporte de la matriz natural y la matriz antrópica.
Sustenta los asentamientos humanos, espacios agrícolas y de interés natural y
patrimonial. Abarca los componentes artificiales y naturales que componen el
paisaje que visualizamos y construimos con nuestra actividad.
Por otra parte, consideramos que existe la
urgencia de superar la dicotomía inconsciente del pensamiento que opone de
manera antagónica la ciudad y el territorio abierto. Este último, base real de
nuestro sustento, productividad y única riqueza patrimonial.Managua y los
municipios que conforman el área metropolitana, en tanto gozan de autonomía
municipal, tienen la urgencia de pensar su territorio en términos integrales y
superar la visión dualista, que confronta los territorios rurales con la parte
considerada urbana. La situación actual y las tendencias del crecimiento de
nuestros territorios y ciudades hace pensar que resulta apremiante un cambio de consciencia y
percepción que permita poner en valor los elementos patrimoniales del
territorio y el paisaje, muchas veces menospreciado como rural o simplemente calificado como rústico o agrícola; como si estos atributos fuesen sinónimos de
ámbitos poco desarrollados o con poco dinamismo para el <progreso o crecimiento>[5].
Cultura.
Integración de la doble matriz cultural: precolombina y occidental
Por otra parte, hace falta entender que el
tiempo transcurre de manera diferente en el territorio rural y el urbano. Los
territorios rurales que podemos calificar como portadores de un suceder de tiempo
de tiposereno, definirían aquellos
ámbitos que alojan actividades vinculadas a los ritmos de las cosechas, ciclos
de la naturaleza –agua, viento, tierra- y movimiento de los astros.
Conceptualización que estaría en proximidad con nuestra matriz patrimonial precolombina. Hemos sido desde siempre un Pueblo originario que vivió, antes de la
colonia, en profunda unidad con su centro espiritual Ometeotl en la región denominada Cem-Anahuac. Pero también hemosheredado recientemente, desde hace
500 años,la matriz occidental moderna
y no podemos escapar a la mentalidad racionalista y la pretendida objetividad
de la ciencia y tecnología, ahora en su fase de mundialización. Por tanto es
necesario buscar los criterios, principios y elementos para elaborar una nueva cosmovisión, que tiene por tarea
conciliar la riqueza de esta cuádruple matriz cultural (Precolombina y
occidental) y territorial (Rural y urbana).
Necesidad.
Superación del inmediatismo, apuesta por la planificación
Managua y las municipalidades del ámbitometropolitano,experimentannecesidades para alcanzar un desarrollo
humano adecuado. En cuanto<necesidad>
significa,impulso que hace que las causas
de la situación que vivimos sean irresistibles. Podemos, entonces, deducir
que si el cambio de percepción y mente, antes mencionado, sobre la concepción
de oposición entre los niveles urbano y rural no se produce, será imposible
sustraernos o resistir a la tendencia “actual” sobre la cual se precipita de
forma poco planificada el desarrollo urbano y rural de nuestro territorio.
Managua y los municipios próximos, en cuanto
partes del territorio-soporte, necesitan de una herramienta eficaz para
planificar, ordenar, regular,controlar y gestionar toda la complejidad
delterritorio-ciudad, dirigido a mantener un equilibrio sostenible entre naturaleza
y cultura. Para ello es necesario superar el dualismo campo-ciudad, apostar por
los principios de la sostenibilidad, apoyarnos en un proyecto orientado al
desarrollo humano integral. Entender la ciudad y el campo como dos entidades
interdependiente que se apoya sobre una misma base territorial y como partes de
un organismo vivo llamado GAIA[6].
Es urgente entonces preguntarnos sobre cuál es
la situación de nuestroTerritorio-Ciudad en Mangua. Enumerar sus necesidades,
observar las dinámicas de crecimiento urbano e interrogarnos:
¿Cuál
es el modelo de extensión de la ciudad?
¿Cómo
construimos las nuevas partes de ciudad, bajo qué criterios? y sobre todo
evaluar ¿cuáles son los resultados en términos de urbanidad?
¿Estamos
resolviendo los retos del crecimiento urbano: la necesidad de infraestructuras
básicas que hacen la ciudad saludable, la demanda de viviendas dignas, evitando
el riesgo de los desastres naturales?
¿Cómo
contribuyen las nuevas urbanizaciones a la creación del espacio público? Necesario
para generar y propiciar el encuentro entre los ciudadanos.[7]
En este último caso, podemos preguntarnos ¿Si,
el modelo de las urbanizaciones cerradas
es un modelo incluyente y democrático? o tiende más bien a extender el modelo
urbano capitalista de ciudad cerrada
y estratificada según niveles socioeconómicos y capacidad adquisitiva. La
respuesta es obvia. Las consecuencias la encontramos reflejadas en el caos de
la movilidad urbana y metropolitana, el colapso deltransporte público y
privado, el incremento de los desastres por inundación y aluviones, la contaminación
del manto freático y otras patologías urbanas[8],
que hacen de la ciudad un no-lugar en
el que hay que vivir en situación de desarraigo.
América Latina, en general enfrenta varias
situaciones de patologías urbano-territoriales:
(1) El
hiper-crecimiento, uso alargado del territorio, megalopolización y sprawl. La
urbanización en esta región crece a tasas promedio del 3% al 4%.
(2) Carencias de
servicios, sub-urbanización, infra-urbanización y fragmentación urbana. Estos
aceleramientos, en particular en los países más pobres, son realizados
generando grandes déficits de infraestructura y saneamiento. Entre el 50% y el
90% de población carece de los mismos con las consecuencias ambientales
negativas para el Buen-vivir.
(3) Discontinuidad
de gestión, crisis de gobernabilidad e inequidad. Típica de los países
subdesarrollados, donde a cada periodo electoral implica cambios e ineficacias.
(4) Poca
proyectualidad e inversiones y falta de credibilidad en la planificación. Factores
que derivan del modelo económico neoliberal, preocupado principalmente por la
coyuntura financiera y la atención de la deuda externa.
(5) Inseguridad e
insolidaridad, Segregación social, <Inclusión-Exclusión>.
Fuertemente basada en el modelo económico político mencionado y que promueve como
único modelo deseable a la ciudad cerrada.
(MALASQUEZ: 2006)
En esta ciudad vivimos sin residir en
plenitud. Soñando con escapar los fines de semana a lugares más sanos,
naturales y con un ritmo más humano. La ciudad se ha convertido en un artefacto
que usamos, pero que somos incapaces de habitar en el sentido pleno de la
palabra.Habitar significa: estar,
quedarse, permanecer en un lugar, residir. En un sentido más pleno, habitar
implica morar en paz con la comunidad.
Para habitar plenamente, entonces, necesitamos procurarnos una vivienda, lugar en el que vivimos y del
que vivimos. La tarea del urbanista es crear condiciones para que los lugares
estén dotados para cumplir las funciones de orientación, significado e
identidad.[9]
En definitiva, desde la perspectiva de la
disciplina del Urbanismo y la Ordenación
del Territorio, existennecesidades y
retos a los que responder teniendo en cuenta la situación actual de Managua,
tanto a nivel técnico como desde la propia cultural.
La respuesta a las necesidades de Managua
territorio-ciudad, requiere previamente de un cambio –superación- de paradigmas,
y para ello es necesario abrir un debate sobre los contenidos y temas que
debería abordar un Plan Urbanístico de Ciudad.
La pregunta previa a la formulación de cualquier Plan urbanístico es ¿qué
modelo de territorio-ciudad imaginamos como deseable para nuestro pueblo y
cultura?
Ordenación
del Territorio. Recomendaciones y pautas para el desarrollo sostenible
El Plan
Urbanístico es el instrumento que permite concretar los sueños y utopías[10]
de la ciudad imaginada colectivamente. El Plan posibilita prefigurar el modelo
de territorio-ciudad que entre todos los actoresconstruimos y concertamos. El
Plan en tanto elaboración colectiva y participación implica un proceso pedagógico en el que la
población gana conocimiento profundo sobre el patrimonio cultural, natural y
paisajístico, propiciando un sentimiento de identidad y arraigo. A la vez que
los mismos habitantes conocen, crean y acuerda las normas y procedimientos para
guiar el proceso de desarrollourbano y rural, desde el criterio de prevalencia
del bien común y el desarrollo humano integral.
Los profesionales implicados en el proceso de
planeamiento, han de superar la aplicación acrítica de los modelos ofrecidos
por la urbanística internacional, y la aplicación mecánica de un urbanismo
concebido desde el quietismo y la comodidad del simplismo de las normas, que sólo
aspiran a regular el crecimiento concebido y aceptado –acaso inconscientemente-
como connatural. Como si la ciudad
fuese un ente que crece por generación
espontánea, sin la reflexión y racionalidad necesaria de toda iniciativa
plenamente humana y consciente.
Es necesario partir de un pensamiento propio,arraigado en la cultura y las necesidades de la
población y su territorio, que tenga en cuenta las líneas estratégicas y criterios
perfilados en el PNDH[11]
y las demandas visibles de los barrios residenciales. En este sentido, proponemos
seis retos para el planeamiento de Managua a escala de territorio y seis retos
a escala de ciudad.
Retos para el planeamiento de Managua a escala
de territorio:
1.
Mejorar el concepto de Clasificación del Suelo adoptado por los
Planes Reguladores y que funciona actualmente como herramienta de la
planificación a escala nacional, formulado en tres categorías: suelo urbano, suburbano y rural.[12]
2.
Introducir nuevas herramientas en
la planificación, ordenamiento y gestión del suelo, (Planes parciales, planes
de mejora, planes especiales, modificaciones puntuales, estudios de detalle),
buscar la coherencia de estas con los criterios y principios de la ordenación
sostenible del territorio, medio ambiente y la previsión del riesgo.
3.
Establecer los mecanismos de
gestión, protección y preservación de los suelos de alto valor natural y
agrícola. (Corredores y conectores ecológicos, parques y zonas de especial
protección de la flora y la fauna)
4.
Reconocer el funcionamiento a
nivel geomorfológico, hídrico e hidrológico del territorio con el objeto de
circunscribir las zonas que no son aptas para la ocupación urbana y que están
sujetas al riesgo o desastre natural.
5.
Reflexionar sobre el modelo de
extensión de la ciudad. Sabiendo que el modelo de ciudad compacta frente al modelo de ciudad dispersa, evita el
consumo desmedido del suelo agrícola y los suelos de valor natural[13]y
valor paisajístico.
Retos para el planeamiento de Managua a escala
de ciudad:
6.
Dotar los tejidos urbanos
(residenciales) de infraestructuras básicas para garantizar una ciudad
saludable y un Buen vivir[14].
7.
Responder a la necesidad urgente
de soluciones habitacionales dignas, considerando los modos de vidas,
producción, cultura y el significado de habitabilidad, de manera que las soluciones habitacionales
tengan en consideración los aspectos antropológicos, sociales, económicos y
culturales.
8.
Formular programas de equipamiento
público a escala municipal y de barrio.Tener en cuenta el sentimiento de
identidad y pertenencia que estas iniciativas generan, así como el efecto contagio en la mejora de los tejidos
residenciales adyacentes.
9.
Garantizar el cumplimiento de las
cesiones urbanísticas para la consolidación de los Sistemas de Espacios Cívicos y los Sistemas de Equipamientos Comunitarios.
10. Mejorar el espacio público:
recuperación de la acera como espacio preferencial del peatón y de las personas
que tienen su modo de vida en la calle. Particularmente el ordenamiento
espacial y temporal de las actividades del comercio denominado informal[15],
que sigue la lógica de los flujos de desplazamiento y transporte de la ciudad.
11. Ordenar y regular la movilidad y el transporte público como estrategia
para mejorar el impacto sobre el consumo energético, y aminorar la
contaminación medioambiental. Recuperar la idea de Sistémica sobre la red viaria y el transporte público.
12. Prever y regular los asentamientos humanos espontáneos,trabajar con la
idea de unurbanismo progresivo, que
deberá prever elcompletamiento de los tejidos urbanos en la medida de la capacidad
económica alcanzada por el tejido social y los propios habitantes.
CONCLUSIONES
Managua en los últimos años está recuperando
de manera inaudita el crecimiento urbano estancado por décadas. Crece dejando
grandes vacíos urbanos o espacios de oportunidad, que configuran tejidos
urbanos inconexos, poco accesibles y desarticulados con su centro histórico. La
ciudad parece más un conglomerado de diferentes morfologías y tejidos urbanos
pendientes de sutura y continuidad.
Managua necesita urgentemente de la
elaboración de un modelo urbano para regular los nuevos crecimientos
residenciales. Mejorar las infraestructuras básicas para evitar la
contaminación de las aguas, articular los tejidos urbanos. Renovar el espacio
público y el sistema de equipamientos comunitarios. Optimizar las vías de
circulación y transporte. Tendría pendiente, además elaborar un proyecto
integral de recuperación del frente de costa a orillas del Lago, tema iniciado
de manera puntual con las intervenciones del Puerto Salvador Allende y Paseo
Xolotlán. Mejorar las centralidades urbanas de escala distrital y de barrio.
Plantearse un proyecto articulador del espacio de mayor actividad edilicia y
económica que abarca desde la Catedral nueva hasta camino de oriente.
Para alcanzar estos objetivos, precisamente es
necesario señalar la urgencia de un marco legal urbanístico adecuado. Es decir
la aprobación de una Ley general de
Urbanismo y de Ordenación del territorio, que englobe y sistematice metodologías
y procedimientos disciplinares, recientemente multiplicados en nuestro contexto
nacional, debido a la adopción de diferentes enfoques y a veces por el
inmediatismo de las respuestas ante situaciones de emergencia.
Inevitablemente este esfuerzo sólo puede ser
fruto del respaldo de las instituciones, acompañado de un respaldo económico
que lo viabilice, y ratificado en la voluntad política de quienes gobiernan. Para
garantizar su éxito deberá estar apoyado en un proceso pedagógico que apunte a
crear una cultura de ciudad y territorio,
validado por la participación ciudadana. En la que habrán de concurrir todas
las fuerzas vivas del territorio. El camino para materializar los sueños de una
ciudad pasa por la concertación del modelo urbano, construido entre todos y
basado en el bien común.
Finalmente, decir que enunciar estas
observaciones en forma de retos y a veces de recomendaciones y pautas, tiene la
intención de abrir el debate disciplinar en el que podamos enriquecernos
mutuamente, con los conocimientos y experiencias sobre la planificación
urbanística y ordenación territorial. También, persigue contribuir a la
planificación e investigación urbanística de nuestra ciudad de Managua.
Hoy más que nunca por la dinámica y tendencia
latente del desarrollo urbano y rural, necesitamos construir un modelo de ciudad que recoja los sueños y
aspiraciones de sus habitantes y proporcione un camino a seguir en la
construcción del territorio-ciudad,apoyado en la concertación civil y
participación ciudadana, único camino para el fortalecimiento de las
instituciones del Estado.
[1] Este escrito surge en el contexto de conmemoración de sesenta años de
experiencia en la regulación, control y planificación de la ciudad capital (1954-2014),
y en el marco de celebración de 50 años de enseñanza de la Arquitectura en
Nicaragua.
[2]RAE (2014). Ciudad. (Consultado el 10 de
Octubre de 2014). Disponible en la
Internet:bhttp://lema.rae.es/drae/?val=intenci%C3%B3n.
[3] Debemos preguntamos si esta definición no ha
dejado fuera a las formas de vida de los Pueblos
originarios de nuestro continente en los que la ciudad fue entendida como
un centro de reunión y celebración de un vasto territorio natural, como lugar
donde comparecían el hombre y los dioses. Lugar de la celebración y fiesta.
[4] En este sentido de ciudad-territorio, entendemos que estas reflexiones
abarcan a los municipios que configuran el área o región metropolitana. El
nivel de actividad, tamaño y urbanidad no se mide por la denominación
administrativa de los asentamientos humanos, sus problemáticas se inscriben en
la necesidad de conseguir el equilibrio entre la matriz natural y antrópica,
responder a las necesidades del “desarrollo urbano local” y el compromiso con
el principio de sostenibilidad ambiental,
orientado desde el Plan Nacional de Desarrollo Humano 2012-2016.
[5]Progreso
yCrecimiento. Dos paradigmas
promovidos por la visión moderna, compartidos en algunos casos por la ideología
capitalista “desarrollista” y la ideología socialista. Estos conceptos han justificado
un crecimiento ilimitado, sin tener en cuenta la capacidad de carga y los
límites de los recursos naturales y humanos de un territorio visto como objeto
de expoliación inagotable.
[6] Definido como un sistema u organismo vivo del cual el hombre es parte
responsable en su equilibrio y supervivencia. Tomado del pensamiento ecologista
de Leonardo Boff.
[7] RAE. Diccionario de la Real Academia Española. (Consultado 8 de
octubre de 2014). Ciudadano. “…Sujeto de derechos políticos y que interviene,
ejercitándolos en el gobierno del país.” En internet:
[8] MALASQUEZ D, R. (2006) “Desarrollo
urbano sostenible en América Latina y el Caribe. La agenda pendiente de los
gobiernos locales”. En: Revista Voxlocalis, nº 1. Enero. (Consultado 5 de
noviembre de 2014). Disponible en Internet: http://www.voxlocalis.net/revistas/num1/doc/DESARROLLO%20URBANO%20SOSTENIBLE.pdf.
[9] LYNCH, K. (1970) La imagen de la ciudad. Ed. infinito. Buenos Aires.
[10] Entendemos utopía como término que recoge los sueños y aspiraciones de
la ciudad. Nunca en el sentido de no-lugar o situación postergada a un tiempo
que está más allá y es ultra terreno. Sino más bien en el sentido de impulso o
motor de perfección, fuente de esperanza para alcanzar estados de perfección
más altos en todo lo que implica la vida en el territorio-ciudad. Hablaríamos
más bien de una topía (En el sentido que
Leonardo Boff da a este término) en construcción y mejora, un proceso
continuo de crecimiento humano colectivo, tanto en el sentido material de la
ciudad, como en de los procesos de convivencia que implica como polis (lugar de
–muchos- la política. Es decir de las relaciones entre hermanos).
[11] PNDH. Plan Nacional de Desarrollo Humano 2012-2016. Es necesario retomar
las escalas de la Planificación Física de Nicaragua: Planes de escala
territorial, regional y municipal. Actualmente, existe una fecunda aparición de
instrumentos de planeamiento elaborados desde distintas ópticas
(medioambientales y de gestión del riesgo) que deben someterse a la jerarquía
de la Ordenación del Territorio para que guarden su economía, eficacia, rigor y
universalidad. Resulta urgente y necesaria una Ley General del Suelo.
[12]Terminología que no parece establecer con claridad taxativa suficiente
los valores morfológicos y normativos de cada uno de estos tres ámbitos de
actividad. En contraposición la experiencia del planeamiento urbanístico
internacional presenta las categorías de Suelo urbano (consolidado y no
consolidado), Suelo urbanizable (programado y no programado) y Suelo no
urbanizable.
[13] Los acuíferos del ámbito occidental de Managua son ejemplo de suelos
de valor natural, actualmente, amenazados por la contaminación de suelos
generada por la infra-urbanización incontrolada.
[14]Sumak kawsay (Buen vivir) Concepto que proviene de la cosmovisión de los pueblos
originarios (quichuas, aymaras, guaraníes) de América. Este concepto se refiere
al ideal de realización del Planeta (Madre-Tierra), que comprende a todas las
especies y entre ellas el hombre como responsables del equilibrio entre los
recursos naturales y las necesidades humanas. Tomar sólo lo necesario para la vida es una idea que está en
confrontación con las ideas modernas de Crecimiento
y Progreso ilimitado. Ambas basadas en el paradigma occidental que ve la
naturaleza como almacén ilimitado de
recursos dispuesto para la explotación. Actitud criticada desde 1927 por la
filosofía de Martín Heidegger y Hans Jonas y retomada por el pensamiento
ecologista brasileño de Leonardo Boff.
[15] En este punto, hace falta una reflexión antropológica profunda, que
reconozca las raíces precolombinas de los modos
de vida de la población, históricamente dedicadas a la actividad de la
agricultura, artesanía y sobre todo al intercambio en los tiangues. La pregunta
orientadora puede ser al respecto de la recuperación del espacio necesario para
el intercambio. ¿Cómo, la calle un elemento urbano de la ciudad de matriz
occidental, prácticamente inexistente en el mundo precolombino –concebida
únicamente como camino procesional o ritual en Teotihuacán y en el período
postclásico en Tulum-, puede acoger una actividad ancestral, practicada por
gran número de personas en la ciudad?.
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